El marcaje láser en PET es la solución más precisa y sostenible para identificar de forma permanente envases y botellas fabricadas en tereftalato de polietileno, garantizando trazabilidad y legibilidad en sectores como alimentación, bebidas y farmacia.
Ligero, resistente a los impactos y 100 % reciclable, el PET se ha consolidado como la elección ideal para envases de líquidos, alimentos y productos farmacéuticos, donde la trazabilidad y la calidad del envasado son esenciales.
El PET posee propiedades que lo convierten en un material versátil y seguro:
Alta resistencia a golpes y caídas.
Ligereza, ideal para reducir costes logísticos.
Compatibilidad con diferentes acabados, incluyendo versiones aluminizadas para mejorar la barrera frente a gases y luz.
Cuando se aluminiza con una fina capa de metal, el PET reduce su permeabilidad y gana propiedades reflectantes. Esto lo hace ideal para envasado flexible de alimentos, protegiendo el contenido y prolongando su frescura.
Además, el PET cristalizado se utiliza para fabricar bandejas y envases blíster, perfectos para comidas congeladas y precocinadas, ya que soportan temperaturas extremas sin deformarse.
El marcaje láser en PET puede realizarse con distintas tecnologías, adaptadas a cada tipo de producto:
Láser CO₂: ideal para botellas de PET transparente, logrando un marcado limpio y visible.
Láser de fibra, verde o UV: perfectos para codificación de alto contraste, adaptándose a superficies lisas, opacas o con pigmentos especiales.
Todas estas opciones ofrecen resultados permanentes, resistentes y sin uso de consumibles, contribuyendo a procesos más sostenibles.
En ciertas líneas de producción de alta velocidad, la impresión con tinta de secado rápido puede ser una alternativa, aunque el láser destaca por su menor mantenimiento y mayor durabilidad.
Optar por el marcado láser en PET ofrece ventajas clave:
Alta precisión en códigos, logotipos y textos.
Legibilidad garantizada durante toda la vida útil del envase.
Cumplimiento normativo en trazabilidad para los sectores alimentario y farmacéutico.
Costes operativos reducidos al eliminar consumibles.
Sostenibilidad, gracias a un proceso limpio y eficiente energéticamente.